“Por desgracia, el alumnado de las Aulas Enclave y sus familias sufren segregación en Canarias”, manifestó Rosalba Jiménez, presidenta de la Federación de AMPAS Galdós y miembro del Consejo Escolar de Canarias, el curso sobre ‘Atención a la diversidad. Una respuesta hacia las familias’, organizado con la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, que organizan la XXX Universidad de Verano de Maspalomas, organizado con la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias.
Este curso se celebra gracias a la colaboración con la Estrategia Canaria de Transición Igualitaria de la Viceconsejería de Igualdad y Diversidad del Gobierno de Canarias, a la que la Universidad de Verano de Maspalomas está adherida. Se trata de un programa de acción a 16 años que usca dotar a la islas de una base cultural que afiance el derecho a crecer en plena igualdad de
la población canaria.
En la inauguración del curso sobre ‘Atención a la diversidad. Una respuesta hacia las familias’, intervino Elena Espino, concejala de Cultura y Patrimonio Histórico de San Bartolomé de Tirajana, quien defendió que “no podemos dejar atrás la diversidad, porque todos somos diversos. Se trata de una materia en la que necesitamos seguir avanzando y evolucionando, como sociedad y como individuos”.
Rosalba Jiménez explicó que las Aulas Enclave, un proyecto pionero en Canarias, consisten en grupos muy reducidos de cinco a seis alumnos con un profesor y un auxiliar educativo solamente para ellos.Son unidades de escolarización en centros educativos ordinarios, en las que se proporciona respuesta educativa al alumnado con Necesidades Educativas Especiales,
Jiménez criticó que “con el devenir de los años, estas aulas no se han adaptado a los tiempos, ya quemuchos centros no permiten al alumnadorealizar con el resto de los compañerosy compañeras de las clases ordinarias actividades cotidianas, como jugar en el recreo o compartir las asignaturas de Educación física, Plástica y Música”. Una realidad que califica como "indignante", puesto que no pueden ir al comedor con el resto del alumnado del centro, “deben hacerlo con los de infantil y este aislamientoaumenta la infantilización de las personas con discapacidad".
Rosalba Jiménez se refirió también a las familias de estas personas y aseguró que hay ocasiones en las que “no tienen derecho a la conciliación laboral”, dado que “sus niños o niñas comen antes de las 13:30 horas y deben estar fuera del colegio antes de ese momento”.
Por otro lado, consideró que “las familias no estamos preparadas, muchas veces, para afrontar la edad adulta de nuestros hijos con discapacidad, porque siempre tendemos a infantilizarlos, pero ellos son como todo el mundo y quieren ser autosuficientes”. Afirmó que “a veces no nos planteamos ni siquiera que nuestros hijos pueden tener sexo u orientaciones sexuales diferentes” y concluyóindicando que “defendemos las necesidades de trabajo para las personas con discapacidad, porque lo que saben hacer lo hacen con cariño y con tenacidad”.
Pilar Etopa, docente y doctora en Psicología Evolutiva y de la Educación por la ULPG, aseguró que “el gobierno y las instituciones deben invertir en educación, porque la inversión es muy baja”. En materia educativa, explicó que en las aulas “muchas veces se genera una especie de jerarquía, por pensar que uno es mejor que otro, por sus circunstancias y sus condiciones, lo que produce situaciones excluyentes”. En este sentido, Etopa dijo que "sigue existiendo acoso en muchos centros y, en ocasiones, el niño que sale desplazado no es el agresor”.
Asimismo, Etopa se refirió a la declaración de los derechos de las personas con discapacidad, en la que se desarrollan múltiples normas "como el reconocimiento de la lengua de signos, como una lengua oficial, dando la posibilidad de que las personas sordas se formen”. Se mostró crítica con esta normativa ya que, en su opinión, “no viene dotada de una ficha económica que permita que en todos los servicios existan intérpretes de lengua de signos”.
La investigadora aconsejó a las familias que tengan un hijo o hija con discapacidad “que vayan a las asociaciones, porque lo primero que van a encontrar son padres y madres que han pasado por esa misma situación y eso siempre es un apoyo a la hora de avanzar”. Además, resaltó que la clave para enfrentar esta situación es la actitud, “nosotros podemos no tener conocimiento, pero si tenemos una actitud positiva nos vamos a formar y preguntar, porque siempre hay personas que pueden dar respuesta a nuestras necesidades”.
Por último, Julia Rivero, integradora social, llevó a cabo unas actividades para entender la diversidad funcional, bajo el título de ‘Ponte en mi piel’, con el objetivo de “poner a la gente a reflexionar y a plantearse desde su propia perspectiva y desde sus propias vivencias las realidades tan plurales que viven estas personas”, ya sea “diversidad física, sensorial, intelectual o psíquica”.
Algunas de las actividades que planteó a los asistentes fueron experimentar "que no tienes una mano dominante, que no tienes movilidad en las piernas, hacer un recorrido con ceguera o saber qué siente una persona con autismo cuando le molesta la ropa en la piel”.
La XXX edición de la Universidad de Verano de Maspalomas está organizada por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Cabildo de Gran Canaria, en colaboración con la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, Casa África y el Consejo Social de la ULPGC. Asimismo, colaboran GLOBAL, Moda Cálida, Rotary International, Instituto del Cine Canarias,Fundación Parque Científico Tecnológico, CANALUZ, librería Primicia, RIU Hotels, Grupo Dunas, LopesanGroup, Gloria Thalasso&Hotels, SeasideHotels y BungalowsVistaflor.